encontrarte jamás
y te buscaba
por las calles desiertas
en relojes sin hora.
Pensé que ya no estabas,
camino de mi noche,
y seguía
entrando en las iglesias
y no estabas.
Ni siquiera en los taxis
que ya de madrugada
me llevaban a puerto.
Ni en los sórdidos bares,
ni entre sábanas sucias.
Y yo desesperaba
por tu infinita ausencia.
Hasta que, ya abocado
al borde de la nada,
te encontré, al fin, en otra...
(C)Mayusta 2011
8 comentarios:
Me quito el sombrero Mayusta! ¡Me ha encantado!. Sobretodo el final me parece colosal. Leyéndolo me ha venido a la mente cierta canción que dice "Y en otros puertos he atracado mi velero y en otros puertos he colgado mi sombrero y en otro pelo me curé del desconsuelo que empapaba tu almohada. Y una mañana comprendí que a veces gana... el que pierde a una mujer" Creo que todo ese sentido es el que captas con este magnífico poema. un fuerte abrazo, amigo.
Cuando menos lo esperas aparece...
Misk
Son los caprichos del amor, querido amigo.
Un fuerte abrazo.
Hace tanto que esperaba este poema... Al fin ha llegado! Lo bueno se hace esperar.
Me encanta!!!! Bessssitos
El amor juega malas pasadas. Buen poema :-)
Un saludo.
También el amor tiene sustituto, a Dios gracias!
Abrazos
Preciosos esos versos pensados mientras buscabas...
Saludos desde El Bierzo
Nunca hay que perder la esperanza, nunca se sabe dónde se va a encontrar lo que se busca.
Me gusta mucho, Miguel Ángel, un beso.
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