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miércoles, 24 de julio de 2024

La lectura de SUMMARIUM 25 por el escritor y catedrático JUSTO SOTELO

 



Leyendo "Summarium 25", de Miguel Ángel Yusta (Zaragoza, 1944), como si estuviera en la terracita acristalada de un café de París en Saint-Germain-des-Prés, pero en la calle Princesa de mi barrio de Argüelles de Madrid, un apacible domingo por la mañana de este nuevo verano (cada cual celebra la Víspera de San Juan como más le gusta, y también recuerdo las hogueras de otros años en la playa de Martiánez del Puerto de la Cruz o de la playa de Alicante). Es una selección de su obra que nos lleva desde el año 1999 hasta la actualidad, desde un cierto aroma a Juan Ramón y Luis Cernuda de "Peregrino de ausencias" (2006), "Teoría de luz" (2007) y "Reloj de arena" (2008), pasando por la llamada poesía de la experiencia a lo Ángel González, de "Ayer fue sombra" (2010) con ese "nací por la mañana /un domingo de marzo", y libros posteriores, hasta llegar a una "poeticidad" posmoderna en "Postludio" (2022). La elegante edición que acaba de publicar Huerga y Fierro contiene un cariñoso e inteligente prólogo del poeta Félix Maraña.
 

Yusta me lleva cariñosamente de la mano por la música y el cine en su "descapotable de juguete" durante esas "noches de insomnio y fantasmas", más como pasajero de otoño que de verano por París, Roma y Grecia, siempre mirando hacia la infancia y hacia la belleza. Su discurso poético posee una forma interior cuidada y milimétrica repleta de amor, aunque también de dolor y de olvido, de memoria y de silencio, de música y de realidad. Nos dice que "más grande es el dolor cuanto más se ama", aunque si me pusiera a hablar con su "voz poética" quizá le diría que "más grande es el amor cuanto más se ama". Y lo hago porque esa "sustancia interior" a lo Welleck y Warren que siempre busco para comprobar la calidad de un poema o conjunto de poemas (mi mente todo lo ve en conjunto, para eso es también la de un científico) me da la razón en el cuarto de siglo de "poesía interior" de Miguel Ángel Yusta. Por eso ayer pensaba en las ciencias del espíritu que aprendí en la obra de Wilhelm Dilthey, con las funciones sociales del creador, la gramática, la retórica, la lógica, la estética, la ética y demás disciplinas que han surgido porque el individuo toma conciencia y reflexiona sobre su propia actividad. Todas estas ciencias tienen carácter histórico, y forman una unidad porque incluyen lo que Domínguez Caparrós llama "el análisis de la vivencia total del mundo espiritual". Y esto es lo que ha logrado, a mi entender, Miguel Ángel Yusta con este volumen de poemas o de fragmentos de su espíritu. Después de todo "París me iluminó -nos dice el poeta, y yo lo leo en un café que podría ser Flore o Le Deux Magots-, en los primeros años de sombras y me enseñó que el amor puede tener la forma de un abrazo, de una estación llena de emigrantes, de la visión de Notre Dame o del ardiente corazón de una muchacha de ojos inmensos".
 
Mientras me bebo el primer café de la mañana, tomo el libro que leí ayer hasta dos veces y busco la página 121, antes de pasar estas reflexiones a mi blog:
 
"Mogambo".
 
Tarde de cine de un domingo viejo.
Su mirada me baña en la penumbra
-intervalos de luz
vacíos de palabras-
y sus manos se aprietan a las mías
en la fila de los besos furtivos.
En la pantalla, celos y despecho,
Ava Gardner compite con la fiera
y sus pasos retumban en la sala
mientras Grace nos asombra
convertida en hermana por gracia del censor.
Nosotros nos miramos y comprendemos poco
pero tal vez Clark Gable, un hombre duro
bregado en mil batallas,
entienda más de amores pasionales
que unos adolescentes asustados.
Tardes de cine de domingos viejos
en un país dormido.
Tiempos de oscuridad y de mentiras
donde tan sólo quedan ilusiones
en los ojos amados de la fila postrera,
atentos a esa mínima ventana luminosa
hollada tantas veces
por la inicua tijera del servil.
A la salida del modesto cine
regresa lo más gris de la existencia
y me aprieto a la almohada por la noche,
añorando su cuerpo,
mientras abrazo sueños imposibles
de películas en tecnicolor".

Valentín Martín, escritor y periodista, comenta SUMMARIUM 25

 



      El libro de Yusta no es un libro más. Ni siquiera la suma de todos sus libros, aunque sea todo Yusta. Aquí está el ojo de águila y el ojo de halcón. Yusta no puede escapar a la avaricia de quienes le conocemos y lo amamos. O de quienes quieren conocerlo. O de quienes deberían conocerlo.
Porque Yusta en este libro, emocionalmente prologado por la sabiduría de Félix Maraña, está alimentando el hambre del lector con curiosidad y ganas. Un poeta nutrido y nutricional, un poeta que va más allá de sí mismo, un poeta que escribe para aterrizajes forzosos si se da la ocasión, un poeta con pausa o ráfaga, un poeta abundante y superlativo, propone aquí leer de todo. Este es el Yusta del libro.
Un libro concebido en la largura del tiempo, con las hermosas secuelas de haber sido traído con el placer de vivir el amor, el dolor, el sabor, el olor, todo lo que cabe en la vida vivida por un pirata honrado que bien podría haber sido bautizado por Labordeta en vez de Goytisolo.
Félix Maraña, que sabe leer mejor que nadie, avisa de que este libro es una película amatoria. Y claro que lo es, si Yusta, nuestro Yusta, domina esa asignatura tan humana mejor que la copla, la música lírica, la poesía, las pasiones que lo acompañan en el trajín ya apaciguado pero tan crónico como la bondad que va con él a todas partes.
La película de que habla Félix Maraña dura aquí 24 años. Suficientes para confirmar que Miguel Ángel Yusta ha hecho del amor una costumbre. Y aquí no hay the end que valga.

miércoles, 17 de julio de 2024

ROMANCES HONDOS.

 

 

Las mujeres quedan solas,

los hombres se van marchando

y en los campos y las casas

pesan la ausencia y el llanto.


Las mujeres quedan solas

porque allí falta trabajo

y aquellos bravos valientes

han de salir a buscarlo.


La ciudad, penosa y triste,

despierta de su letargo

cuando, en gris amanecida,

los hombres están llegando.

 

Van en silencio, sin prisa,

y en sus ojos, aún cansados,

de repente se adivina

el verde suave del campo.

 

(Mayusta 1967. Foto: Biblioteca Virtual Cervantes)

martes, 16 de julio de 2024

Marcela Filippi traduce mi poema "Cada día vivir"

 https://www.facebook.com/share/p/6nWy3DTkLYmNrL93/

 

CADA DÍA VIVIR
 
de/di Miguel Ángel Yusta
(trad. Marcela Filippi)
 
Cada día vivir
frente al acantilado de la duda
cuidando de no dar un paso en falso.
Vivir en genitivo
y dejar que los días y las noches
pasen en un reloj sin manecillas.
Vivir y acostumbrarse
a estar en el rincón de los esclavos
cuidando que la lluvia
no manche los espejos
donde se escribe el nombre de las cosas.
Vivir, por decir algo.
 
 
VIVERE OGNI GIORNO
 
Vivere ogni giorno
di fronte alla scogliera del dubbio
facendo attenzione a non fare un passo falso.
Vivere al genitivo
e lasciare che i giorni e le notti
trascorrano in un orologio senza lancette.
Vivere e abituarsi
a stare all'angolo degli schiavi
facendo attenzione che la pioggia
non macchi gli specchi
dove si scrive il nome delle cose.
Vivere, per dire qualcosa.
 
 
(de Summarium 25. Huega & Fierro editores)

 

jueves, 4 de julio de 2024

miércoles, 26 de junio de 2024

Justo Sotelo reseña SUMMARIUM 25

El profesor y escritor Justo Sotelo reseña en su blog SUMARIUM 25.

Pinchad el enlace:
https://sotelojusto.blogspot.com/2024/06/que-es-el-mundo-sin-amor.html 

 



martes, 7 de mayo de 2024

SUMARIUM 25. Presentación de Madrid.

 

***17 de mayo, viernes. 20 h.***
Espacio Huerga y Fierro.
C/.Sebastián Herrera 9.(<M> Embajadores).Madrid
PRESENTACIÓN
Summarium 25
(Selección de poemas 1999-2023)
Autor: Miguel Ángel Yusta
Prólogo: Félix Maraña. Escritor, poeta, periodista y amigo grande.
Presenta el acto: Charo Fierro , editora.
Doctora en Filologia, poeta y ensayista, columnista, profesora de la Universidad de Córdoba.
Acompañamiento y canciones: Antonio P. Gaitero cantautor y poeta siempre generoso ...
 
 

lunes, 4 de marzo de 2024

Manuel M.Forega reseña "20+1. Poemas"

 

 



 

En su obra "El viaje exterior. Ensayos censores V" (Pregunta, 2021), el ensayista, crítico y poeta Manuel Martínez-Forega recoge el texto de presentación del poemario "20+1. Poemas" que, íntegro, se publica a continuación.

                                                        20 + 1 POEMASi

Ortega y Gasset titula «La aparición del otro» una de las lecciones que recoge en El hombre y la gente. En algunas cuestiones vitales soy adepto a Ortega; por ejemplo, en ésta, que aborda el problema del otro ser humano frente al Yo. Y lo aborda, en efecto, como un «problema», como un conflicto. No es la primera vez que manifiesto esta circunstancia ya clásica de las exégesis críticas literarias (que, por otra parte, proceden de Nietzsche y nadie lo dice). Me refiero a ese concepto de la «otredad», de vasta difusión entre la crítica a partir de los sesenta y cuya génesis (además de Nietzsche, repito) encuentra fundamento en el Je est un autre de Rimbaud o en el más cercano Viver è ser outro de Pessoa. Prefiero yo llamarlo esquizofrenia porque, aun siendo un término metonímico, refleja mejor lo que no sólo al escritor le sucede permanentemente en su vida; no sólo al escritor, digo, sino a cualquier individuo y cualquiera que sea su tarea en la vida.

¿Y por qué este preámbulo? Pues porque no me resisto a incluir la poesía de Miguel Ángel Yusta en ese contexto esquizoidal y porque a Yusta, como poeta que es, le afecta de manera más profunda. Tampoco me resisto a hablar de una existencia otra: la que fija la etimología como ex-ister. Y es que, en efecto, existir significa propiamente «salir», «brotar», «surgir» y no lo que la arbitrariedad terminológica quiso y pudo, a lo que parece asignar allá por los años 20 del siglo XX como el modo de ser del hombre, de manera que hoy «existir» y «existencia» designan un carácter, una forma de comportarse el hombre en la sociedad. Sin embargo, es precisamente «vivir» (que es lo contrario a existir) lo que otorga carácter verdadero al ser humano. Y ese ser humano, querámoslo o no, es siempre Yo, con mayúscula; es decir, el yo que es cada cual.

He llegado hasta aquí para advertir ahora de inmediato que muy pocos tan radicalmente Yo, muy pocos tan radicalmente vivos en ese Yo como Miguel Ángel Yusta. Estos 20 + 1 ponen de manifiesto lo que digo porque representan un mosaico (corto, bien es cierto) de su recorrido por la vida extraído de once de sus títulos monográficos. Y no sólo por la vida, sino por la realidad radical que la rodea. Frente a esta radicalidad, Yusta no opondrá un yo estático, ese que proclama Descartes en su célebre autorretrato: Moi qui ne suis qu’une chose qui pense, sino que lo hará a partir del bien fundado axioma de otro galo inteligente: Nous ne pensons jamais que ce que nous pensons cache ce que nous sommes. Este «jamás pensamos que lo que pensamos oculta lo que somos» rubricado por Valéry es lo que a la postre pone en marcha todo el mecanismo revelador del Yo para mostrarse vivo frente al Otro. Y ese Otro no es sólo nosotros, receptores del desenmascaramiento del poeta en sus versos; ese Otro es también el propio poeta que sale de sí mismo (es decir, que existe de sí mismo) y se autorretrata en sus poemas, tal cual lo evidencia en ese «Quejido ronco de tambores», una silva asonantada en la que su «figura evanescente», como larva, le hace vagar sin sentido. Es ahí, en ese espagat doloroso entre lo que se es y lo que existe (lo repito: entre lo que se vive y lo que surge de súbito, aparece, o se muestra acaso como una phantasma, como diría Juan Rufo) donde tiene lugar la tensión de un Yo en conflicto. Miguel Ángel Yusta ha querido mostrarnos en este libro unas cuantas pinceladas de su vida en sus también diversas circunstancias, pero seríamos muy ingenuos si pensáramos que esta muestra es su vida misma. No, no es así porque, a pesar de que la vida sea la causa de la movilización estética, estamos hablando de literatura o, lo que es lo mismo, de un embaimiento que trata de superar lo que precisamente el vitalismo llamaba «habitualidad», lugar donde se inscribe la vida como realidad radical del cada uno de los Yoes. Para escapar y trascender esa habitualidad Miguel ángel Yusta se va a París, a su amado París, muy amado, desde luego, por cuanto, como descriptor de su fisonomía divina y humana, le dedica tres textos iconográficos, el 15 % del total de esos casi 20 poemas de amor y una copla casi desesperada. Porque, efectivamente, otra vez huye Yusta de la habitualidad enamorándose, o haciendo que el amor transite por el más allá del más acá que es su realidad habitual. Para abandonar la habitualidad Miguel Ángel Yusta echa mano de la memoria, vuelve casi al útero adoptando la posición natural del neonato; para huir de la habitualidad recoge en frasquitos esenciales la suma de las horas vividas durante su paso por el tiempo. Vemos cómo, por ejemplo, en el poema «El Sena» este prosopopéyico río «Por la noche... parece un inmenso gusano dormido» que «gira sobre sí mismo tantas veces porque quizá no quiera marcharse de París». La acentuación simétrica del soneto «Quisiera ser el amo de tu sueño» se rinde a la armonía de los corazones enamorados con una entrega incondicional, mientras que el poema «Introito» alberga ese anhelo más que rilkeano de regreso a la infancia; diríamos mejor que alberga un deseo de incisión en el plano temporal cuyo vector es naturalmente la memoria. No es el único poema que profundiza en ese asunto central de —me atrevo a decir— toda la literatura universal; «Han pasado los días» es otro texto que trata de redimir el tiempo en la actualización recordatoria de los muertos más queridos. Por fin, sí, el escepticismo desalentador del poeta herido y restañado aparece en aquella copla que citaba y que alude a este plural indefinido, pero plural mayustático: «Dicen amor y es deseo, / dicen te quiero y es nada, / dicen demasiadas veces / palabras, sólo palabras. //»

Sostuvo siempre Ortega y Gasset que la poesía es un modo del conocimiento, o, dicho con otras palabras, que lo dicho por la poesía es verdad. Así como dije al principio estar de acuerdo con Ortega en algunas cuestiones vitales, como la del conflicto del Yo frente al Otro, no lo estoy en ésta que acabo de citar. La poesía, aunque sea un modo de conocimiento, no necesariamente es verdad; más bien aspira a la verdad y, en esta aspiración, la poesía sería verosímil; es decir: un símil de la verdad, algo parecido a la verdad. Lo dicho sirve para ese lado al que Yusta también se inclina en sus versos: el lado de la reflexión descriptiva, el lado de la absorción conceptual. Pero esto no es malo, ni mucho menos. Es, sencillamente, distinto a lo ideal sin que por ello estos caracteres estéticos dejen de ser aspirantes a una verdad modélica desde el punto de vista de la poesía como fiel reflejo de la vida. Diríamos que este otro talante se adhiere a la filosofía crítica respecto a la manifestación de un desacuerdo con la vida convencional, crítica que el poeta se ve impelido a hacer de vez en cuando para que su inexorable soledad la juzgue. Así, por ejemplo, en estos versos: «Después vendrá el silencio de lo oscuro, / se perderán caminos en la noche. / Se borrará tu huella / y yo me quedaré deshabitado. / Solo. //»

El valor a veces narrativo de Miguel Ángel Yusta radica en su dominio para la creación de atmósferas, para la definición de ámbitos; posee la seguridad de quien deja en suspenso la importancia de lo conocido para trascender por medio de sus versos este límite y alcanzar lo que ha de conocerse, lo que nos es dado conocer. Cualquier otro camino que pudiera tomarse, indicador consciente del fracaso, conduciría a la neurosis. La palabra de Yusta no es neurótica; la palabra de Yusta no es oblicua, sino que ha calculado la trascendencia de su gesto hasta hacerse cargo (porque su verbo fue primero humano) de que su prosecución poética debía señalarnos aquel límite: lo que nos es dado conocer. Nosotros, lectores, desde ese mismo momento sabemos que es así y, además de constatarlo, admiramos que así sea.

¿Y qué es lo que evidencia ese gesto? Pues lo que sucede a veces —sólo a veces—: la naturaleza se sirve de un mediador: lo elige de entre muchos con rigurosos criterios de selección para rendirle pleitesía mediante el tamiz del ser; es decir, a través de aquello que constituye la esencialidad de la mirada que se echa sobre lo que se mira y cuyo relato reúne los factores que determinan su hermosura: la emoción distintiva, la resolución diversa de una misma realidad para trascenderla, algo, en fin, que une muy íntimamente a Yusta con su poesía: la lírica que se presenta en imagen bien definida y halla marco precioso en su palabra. Leamos: «Una gota traza un suave camino, / sin contacto posible, hacia mi mano. / Mis dedos han dejado / que se convierta en luz. //» Y también: «Existe un mar sin brumas ni tinieblas, / vacío de memoria, /donde las olas cantan el olvido. //»

Es verdad que en los pocos textos de esta antología apenas puede vislumbrarse una vida atendida por la palabra y, en consecuencia, la recomendación que, como censor hoy aquí, me permito hacer es que su diversidad morfológica presenta sólo registros formales; sin embargo, difumina el carácter, el hondo arriate del que la poesía de Yusta se sirve para caminar por los corazones como lo hace la lluvia cuando se precipita en los hontanares. Disponemos con ello de un perfil grueso, pero se nos hurtan las sutilezas de los rasgos definidores de su belleza.

Toda la hermosura de la poesía de Miguel Ángel Yusta hay que conocerla a través de aquellos títulos de donde se ha extraído éste de hoy y yo, como lector de su Ayer fue sombra, de El camino de tu nombre, de Amar y callar, de Silencio y luz y otros tantos, quiero constatarlo.

Recibí de un amigo el miércoles pasado un libro de poemas titulado El arte de los sueños. Y «todo el mundo sabe —nos advertía Gérard de Nerval— que en los sueños nunca se ve el sol». «En las horas de las largas noches / durmió el poema hasta llegar la aurora», nos dice Yusta; y en otro poema, refiriéndose a sus obras incompletas, añade que «esperan algún día la luz renovadora, la magia que las toque y las despierte».

Concluiré con Antonio Machado: «Tras el vivir y el soñar, / está lo que más importa: / despertar.»

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i Texto de presentación de 20 + 1 poemas (Toledo, Lastura, 2013) de Miguel Ángel Yusta (Zaragoza, fórum de la FNAC, 21 de febrero de 2014).

martes, 23 de enero de 2024

Roma 9

  

 

 


 Corríamos felices por la Vía del Corso
por llegar al hotel y al paraíso
antes de que la noche nos cercase.
Éramos ilusión y cuerpos encendidos
y era Roma, la gran y hermosa estancia
donde nos encontramos el presente
que borraba el recuerdo de las huellas
perdidas en la tierra del olvido.
Retomaba tu piel el color de los soles,
revivía ese mar de tu mirada.
Se fundían los cuerpos y volaban las almas.
Estábamos seguros
de cambiar el destino en una noche
donde brillaban todas las estrellas.
Y encontramos al fin la solución
del teorema total de nuestras vidas

(c)Mayusta. Roma.

Heraldo de Aragón. Reseña de "Pavesas" en el suplemento "Artes y Letras" que dirige Antón Castro


miércoles, 27 de septiembre de 2023

Summa 25

Mirar tus ojos y sentirme preso

notar el frío canto de su nieve,

la penetrante herida que su leve

mirar traduce en un fatal proceso.

 

Es empresa que agota hasta el exceso

pues que tu indiferencia nada mueve

de tu ser, que apenas se conmueve

ni se apercibe de mi amor sin seso.

 

Te cierras en un círculo de lazos

donde se queda mi alma prisionera

apenas redimida de su esencia.

 

Y habito en el recuerdo de tus brazos

añorando con pena la primera

vez que abiertos marcaron mi existencia.

 

(c) Miguel Ángel Yusta. Summa 25

 

jueves, 24 de agosto de 2023

 

 
PRIMAVERAS ROBADAS
de/di Miguel Ángel Yusta
(trad. Marcela Filippi)
Primero nos dijeron que éramos pobres
porque tenía que haber ricos y pobres.
Que nos quedásemos siempre en la fila de atrás,
soportando todo con resignación para ir al cielo.
que ofreciéramos sacrificios para ser bien vistos
a los ojos del dios de ellos,
los poderosos, vencedores, guardianes de la fe.
Nunca entendimos bien tales consejos,
pero aguantamos los fríos y los miedos,
las carencias y la ropa vuelta de nuestros hermanos,
las peores butacas o los bancos corridos de los cines 
                                                                             malolientes,
la tercera clase del tren y el estribo del tranvía.
Bienaventurados los que sufren
-decían desde púlpitos y tarimas-.
Abríamos ojos y oídos para no perder ni una 
                                                                              palabra
ni un gesto, brazos cruzados sobre el pupitre o los 
                                                                                 bancos.
Silencio denso, oscuro, en las iglesias
bajo la amenazadora mirada de las imágenes
de gesto fiero o doliente y ojos extraviados.
Luego,en la cama, aquellas esculturas fantasmales
permanecían vivas en las largas noches.
Nos tapábamos la cabeza, huyendo de las pesadillas
y la amenaza de una condena al fuego eterno
si osábamos explorar nuestro sexo.
Más tarde nos dijeron qué películas debíamos ver,
con una delicada clasificacion en las puertas de la 
                                                                                    iglesia:
tres erre, mayores con reparos
y cuatro, gravemente peligrosa.
Parece ser que Dios no tenía otra misión que 
                                                           iluminar dementes
para inventar aberraciones semejantes.
Y en su nombre, que en vano utilizaban
Abortaron primaveras y cortaron ilusiones
Más tarde decidieron, afortunadamente,
que ya podíamos salir al extranjero
sin carta de llamada ni visado consular.
Cometieron el error de darnos
limosna de libertad.
Pero nosotros, la arrojamos a su cara
y logramos, al fin, vivir sin su permiso.
PRIMAVERE RUBATE
Prima ci dissero che eravamo poveri
perché dovevano esserci ricchi e poveri.
Che restassimo sempre nell'ultima fila,
sopportando tutto con rassegnazione per andare in cielo.
Che offrissimo sacrifici per essere ben visti
agli occhi del loro Dio,
i potenti, i vincitori, guardiani della fede.
Non abbiamo mai ben capito tali consigli,
ma abbiamo sopportato il freddo e le paure,
le carenze e i vestiti resi dai nostri fratelli,
le peggiori poltrone o le panche fuori posto dei cinema
                                                               maleodoranti,
la terza classe del treno e il predellino del tram.
Beati coloro che soffrono
-dicevano dai pulpiti e dai palchi.
Aprivamo occhi e orecchi per non perderne nemmeno una
                                                                            parola
né un gesto, braccia incrociate sulla scrivania o sui
                                                                       banchi.
Silenzio denso, cupo, nelle chiese
sotto lo sguardo minaccioso delle immagini
dal gesto fiero o addolorato e occhi smarriti.
Poi, al letto, quelle sculture spettrali
rimanevano in vita durante le lunghe notti.
Ci coprivamo la testa, fuggendo dagli incubi
e dalla condanna al fuoco eterno
se avessimo osato esplorare il nostro sesso.
Più tardi dissero quali film avremmo dovuto vedere,
con una delicata classificazione sulle porte della
                                                            chiesa:
tre erre, solo per adulti 
e quattro, seriamente pericoloso.
Sembrerebbe che Dio non avesse altra missione che 
                                                            illuminare dementi
per inventare simili aberrazioni.
E nel suo nome, che usavano invano,
hanno abortito primavere e spezzato illusioni
Più tardi hanno deciso, fortunatamente,
che potevamo andare all'estero
senza lettera di convocazione né visto consolare.
Hanno commesso l'errore di darci
elemosina di libertà
Ma noi, gliela abbiamo buttata in faccia
e alla fine, siamo riusciti, a vivere senza il loro permesso.
(Del libro Ayer fue sombra. Editorial Lastura)

 

lunes, 8 de mayo de 2023

Rafael Soler presenta Dos novelas de la Transición en Zaragoza.

 


Rafael Soler, (Valencia 1948) poeta y narrador, presentará en la Biblioteca de Aragón su obra  "Dos novelas de la Transición",(Ed. Contrabando 2023) reedición de "El grito"(1979) y "El corazón del lobo"(1980) con prólogo de Elvire Gómez-Vidal Bernard.  El acto será introducido por Eugenio Mateo con intervención del editor, Manuel Turégano y  presentado por Miguel Ángel Yusta. Está patrocinado por la Asociación Aragonesa de Amigos del Libro y colabora Librería Antígona. Será el 16 de mayo martes, a las 19.30.

miércoles, 22 de febrero de 2023

miércoles, 15 de febrero de 2023

martes, 6 de diciembre de 2022

Antología de poesía mínima

 

 

Una publicación de Cuadernos del Laberinto.

Información pinchando el enlace:

 

http://www.cuadernosdelaberinto.com/Prensa/breve_antologia/cub_laberintobreve.jpg

 

Autores:

Agus Arés • Alfredo Piquer • Álvaro Fierro Clavero • Álvaro Salvador • Amalia Bautista • Ana Mª Cuervo de los Santos • Andrés Carlos López Herrero • Ángel Guinda • Angélica Morales• Anita Wonham • Antonio Hernández • Antonio Perán Elvira • Antonio Portillo Casado • Arancha Martín • Arturo Amez • Aurelio Augusto da Cunha • Carlos Aganzo • Carlos Augusto Casas • Carlos d’Ors • Carlos Tejero • Carmen Díaz Margarit • Celia Puerta • Cristina Galán Rubio • Daniel Bolado • David Foronda • Diego Agúndez • Diego Alonso Cánovas • Diego Medina Poveda • Domingo Díaz Asensio • Eduardo Herrera Baullosa • Eduardo Velázquez González • Elsa López • Emilio Porta • Enrique Gallud Jardiel • Enrique Gracia Trinidad • Enrique Valle • Ester Bueno Palacios • Esther Bargach • Ezequías Blanco • Fidel Sendagorta • Francisco Domene • Francisco García Marquina • Héctor Puertas Castro • Ignacio Gómez de Liaño • Ignacio María Muñoz • Ilia Galán • Inma Pelegrín • J.M. Barbot • Jaime Alejandre • Javier Bañares • Jesús Ferrero • Jesús Urceloy • Jorge Pozo Soriano • José Félix Valdivieso • José Manuel Lucía Megías • Juan Ráez Padilla • Juana Castro • Juanma Ruiz • Julián Garvín Serrano • Julieta Pellicer • Julio Santiago • Katy Parra • Kevin Bliek Bueno • Luis Alberto de Cuenca • Luis de Garma • Luis García Arés • Manuel Francisco Reina•Manuel Gahete • Manuel Guerrero Cabrera • Margaret Saine • María Ángeles Álvarez • María Antonia García de León • María Antonia Ortega • María Rosal • María Sanz • María Torvisco • Mario de la Rosa • Mario Pérez Antolín • Marisa Calero • Matteo Barbato • Miguel Ángel Yusta • Miguel Losada • Mills Fox Edgerton • Montse Escribano Ruiz • Montserrat Cano • Oriol Alonso Cano • Óscar Martín Centeno • Paloma Serra Robles • Pedro Amorós • Pedro Enríquez • Pedro López Lara • Pedro Tenorio • Pepe Ramos • Pilar Mata Solano • Pilar Pastor • Rafael Soler • Raquel Lanseros • Rocío Scharfhausen • Silvia Gallego Serrano • Trinidad Romero


Laberinto breve de la imaginación. ANTOLOGÍA DE LITERATURA MÍNIMA. 100 AUTORES antologados por Enrique Gracia Trinidad y Alicia Arés
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Laberinto breve de la imaginación. ANTOLOGÍA DE LITERATURA MÍNIMA. 100 AUTORES antologados por Enrique Gracia Trinidad y Alicia Arés
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Laberinto breve de la imaginación. ANTOLOGÍA DE LITERATURA MÍNIMA. 100 AUTORES antologados por Enrique Gracia Trinidad y Alicia Arés



Entrevista a la editora de poesía, Alicia Arés,
sobre la antología Laberinto breve de la imaginación (enero, 2022)
Radio Naufragio. Programa La voz a ti debida




© Editorial CUADERNOS DEL LABERINTO • C/ Padilla, 29, 2ºF. 28006 Madrid. España• Teléfono: (+34) 91 309 31 17 • email: editorial@cuadernosdelaberinto.com

 

lunes, 28 de noviembre de 2022

 

 

 
 
Paseo lentamente por el Lido
una tarde guardada en la memoria.
Las horas sosegadas
retrasan su camino hacia la noche.
Se apaciguan los pasos.
Revive el Adagietto de Mahler en el alma
fundido con la luz y aquella espuma
inatrapable y suave de las olas.
Es tanta la belleza que mis lágrimas,
al ocaso, se funden con el mar.
 
 
*M.A.Yusta. Reflejos en un espejo roto. 2019
 

 
Tu nombre será, amor,
la postrera palabra de mis labios.
 
Mayusta.
(Imagen: Claude Monet. Crépusculo en Venecia)

 

viernes, 4 de noviembre de 2022

Es tiempo todavía. De POSTLUDIO (trad. Marcela Filippi)

 

ES TIEMPO TODAVÍA

Es tiempo de contarse los hijos y las canas,
recordar los aullidos de los perros
en solitarias noches de vigilia
y saber que hoy no estamos como entonces.
 
Es tiempo todavía de amar sin condiciones,
de abrazar al amigo,
de decir muchas veces un te quiero
a quien mañana puede estar ausente.
 
Es tiempo de sonrisas en los ojos
húmedos todavía por las lágrimas
que las largas ausencias acopiaron
en días de silencio y soledad.
 
Es tiempo, ya os digo,
de abrir las puertas a la primavera
y, emocionados, sujetar los brazos
cerca del corazón.
 
Es todavía tiempo, por fortuna,
de cielos y de soles y certezas.
De abrazos vivos aun en la distancia
que pregonen que nos necesitamos.
 
Es tiempo, por fortuna.
Quien lo sufrió lo sabe.
 
- - - - - - - - - - - - - -
È ANCORA TEMPO
 
È tempo di contare i figli e i capelli bianchi,
ricordare gli ululati dei cani
nelle solitarie notti di veglia
e sapere che oggi non siamo come allora.
 
È ancora tempo di amare senza condizioni,
di abbracciare l'amico,
di dire tante volte un ti voglio bene
a chi potrebbe essere assente domani.
 
È tempo di sorrisi negli occhi
umidi ancora dalle lacrime
che le lunghe assenze hanno accumulato
in giorni di silenzio e di solitudine.
 
È tempo, vi dico,
di aprire le porte alla primavera
e, commossi, reggere le braccia
vicino al cuore.
 
È ancora tempo, per fortuna,
di cieli, di soli e di certezze.
Di abbracci vivi anche nella distanza
che dicano che siamo indispensabili.
 
È ancora tempo, per fortuna.
Chi l'ha sofferto lo sa.

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