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PASAJERO DE OTOÑO. Blog de poesía, fotografía y diversos fragmentos de la memoria.
CURRICULUM*
Miguel Ángel Yusta
Sea cual fuere el tiempo de mi vida
el curriculum deberá ser breve
(Wislawa Szymborska)
Lo escribí hace unos años
y lo repito ahora, cumplidos los ochenta,
para yo mismo recordar de nuevo
y continuar así mi biografía.
Como conté ya entonces
nací por la mañana
de un olvidado invierno de posguerra.
Dicen que hacía sol y que mi madre
(pasados los cuarenta y quinto hijo)
lloraba y sonreía al mismo tiempo
preocupada tal vez por mi futuro.
Pero ya veis, amigos,
estoy aquí después de tantos años
casi llegado a puerto.
He plantado los árboles precisos,
tenido hijos y nietos
y he escrito algunos libros
por si alguna vez alguien me recuerda.
Y aquí estoy, a la espera
“Ligero de equipaje”.
Cuando llegue la hora
marcharé hacia la luz tenue del ocaso
en la góndola llena de todos los recuerdos.
Surcaré los canales escondidos
de mi reconocido Cannaregio
y llegaré sin miedo a la Laguna.
Efímera luciérnaga
navegaré en silencio por lo oscuro
y aguardaré tranquilo el resplandor
del profundo arañazo de la Dama.
Lejano de oropeles, voces, ruidos,
brazos y corazón libres y abiertos,
os diré adiós, y basta.
*Publicado en Autorretratos poéticos. Antología. Ed. Cuadernos del Laberinto. Madrid, 2024.
(Foto: Mayusta).
Miguel Ángel Yusta
Soy, como dijo Sender,
un aragonés cabal
que come pan, bebe vino
y que dice la verdad.
(J. Verón)
1-Apuntes iniciales:
Escribir sobre una de las múltiples facetas artísticas de José Verón es misión harto difícil, sobre todo porque se abre un enorme abanico de posiblidades entreveradas por el sentimiento profundo y duradero de amistad que durante muchos años compartimos.
José, Pepe para sus amigos, era polifacético: desde la narrativa a la poesía, desde la fotografía -otra de sus grandes pasiones- a los largos paseos y conversaciones hablando de lo divino y lo humano. Sus grandes aficiones eran, entre otras, la lectura, el cultivo de la amistad, la visión y análisis del cine clásico y, como anécdota, una gran colección de plumas estilográficas, que gustaba de mimar y enseñar.
Estos breves rasgos nos definen a una persona inteligente, generosa, amante de su tierra, de su entorno, de sus amigos y de su trabajo literario y fotográfico. Y, como amante de su tierra y aragonés de pro, siempre fue un gran aficionado a la jota aragonesa, especialmente a las cantas, (que así se llaman las letras de las jotas) que cultivó con acierto y esmero como poeta, pues poesía es la copla si la escribe un poeta y la copla, cuarteta utilizada en las cantas joteras, viene a ser un micropoema cuando la escribe José Verón, que además se aleja del baturrismo al uso, aunque no renuncie a tratar temas genuinamente aragoneses con dignidad, elegancia y muchas veces un fino sentido del humor.
2-La copla.
Hasta las hierbas que pisas
al pasar por la rivera,
se arrodillan a tus pies
para que siempre me quieras
(J. Verón)
La poesía popular está arraigada tanto en el pueblo como en los poetas cultos, como demuestra la historia de nuestra literatura. En pocos casos los grandes poetas han despreciado esta gran oportunidad de expresarse cercanos al pueblo y en lenguaje alejado del hermetismo en que algunos se refugian (muchas veces para circunscribir su poesía a una élite determinada) amparados en fórmulas de ininteligibilidad. Pero si repasamos las obras de nuestros grandes poetas de todas las épocas vemos que precisamente en la claridad de su expresión radica muchas veces el peso de la calidad y pervivencia de su obra poética.
José Luis Melero, (1) escritor y bibliógrafo y buen conocedor de la poesía de Verón, dice en su extenso prólogo a "Cantares y presagios"-obra publicada en 2020 y que recoge una amplia antología de coplas y estrofas de arte menor del poeta- que "Sólo quien sigue libremente su camino al margen de pautas establecidas, sólo quien entiende que no hay poesía con mayúsculas y minúsculas sino poesía buena y mala, está capacitado para la decisión de trocar en algunos de sus libros la lírica culta por la lírica popular".
En esta certeza -que compartimos también en nuestro devenir poético- consideramos la obra de Verón, en su apartado de poesía popular, como transcendente y meritoria.
También Luis Alberto de Cuenca (2) en su conocido poema "Línea clara" aboga por un lenguaje poético que comunique y entienda la gente, que hable no tanto de lo abstruso y filosófico como del amor, la alegría, la amistad, la decepción, la esperanza...y ahí también nos encontramos con la estrofa popular, la que el pueblo comprende, comparte y difunde: la copla. Porque la copla, afirma también el escritor y estudioso Juan Domínguez Lasierra (3) "se nos ofrece en toda su entidad temporal y creadora, capaz de esencializar los sentimientos, emociones, vivencias más intensas con apenas unos cuantos versos, con unas cuantas 'palabras verdaderas' como exigía Machado a la poesía".
El profesor, investigador y estudioso de la jota, Javier Barreiro, (4) cuyos estudios sobre la copla y el foclore popular sientan las bases fundamentales de la investigación moderna comenta que "La copla podrá estar en el candelero o ser únicamente sostén del folclore popular, pero nunca dejará de ocupar su lugar natural en la forma de expresarse el pueblo" corroborando así el sentido culto y popular de la copla como forma poética, siendo la jota aragonesa, acompañada por la música (la tonada), una de las manifesaciones más bellas en que puede ser expresada.
Y una estudiosa, la doctora Susana Diez de la Cortina, (5) filóloga y profesora, en un amplio estudio preliminar del ensayo "La copla, poema y canto" nos afirma que "La copla es parte de nuestra cultura, tanto la popular como la culta, desde sus orígenes hasta nuestros días. Ha sido cultivada no sólo por el pueblo anónimo sino por los autores cultos, algunos de los más brillantes, por citar sólo unos pocos casos recientes, Antonio Machado, Rafael Alberti o Federico García Lorca".
También la doctora, investigadora y musicóloga Marta Vela (6) ha recogido en varias recientes publicaciones una interesante evolución de la Jota en su expansión cosmoplita que llevó música y coplas a todo el mundo en el S. XIX de la mano de grandes compositores, caminando paralelamente con su arraigo popular y conviviendo consecuentemente la muy diversa procedencia cultural.
He aquí pues una pequeña muestra de autores, investigadores y estudiosos de absoluta solvencia que justifican esa dualidad original de la copla, con su raíz popular expresada durante siglos y la vertiente culta a través de la dedicación a ella de poetas consagrados que, en toda época, han dedicado su atención a esta bella forma estrófica y que ha seguido en nuestros días con autores contemporáneos, como es el caso de Jose Verón.
3-La canta o copla de jota
Aunque sabido, no está de más recordar que nuestra jota aragonesa, de enorme riqueza en sus formas de canto y baile, se nutre para sus letras de la cuarteta, copla de cuatro versos octosílabos que riman en asonante los pares, quedando libres los impares (8-8a-8-8a) si bien en ocasiones se admite la rima consonante pues sobre todo los cantadores, muchas veces autores de sus coplas, se toman en algunas circunstancias esta libertad en función de la oportunidad y redondez de su canto.
Para la expresión de la copla con la música de la jota, la cuarteta se desdobla en siete versos, de forma que se comienza con el segundo, se sigue con los cuatro versos consecutivos y se termina repitiendo el cuarto y enlazándolo con el primero (2-1-2-3-4-4-1) de manera que la clave de una buena copla es que, al cantarla, ese cuarto verso se enlace con el primero de forma coherente, teniedo un sentido lógico y no quedando "descolgado".
Ponemos como ejemplo una de las coplas de Verón:
Un día de primavera,
al monte fui de mañana.
Los recuerdos se dormían.
Los campos se despertaban.
Que, cantada, mantiene su sentido poético y coherencia:
Al monte fui e mañana
un día de primavera
al monte fui de mañana
Los recuerdos se dormían,
los campos se despertaban.
Los campos se despertaban
un día de primavera.
De ahí que sea tan importante como difícil lograr esa bella armonía que ha de tener la copla como canta de jota aragonesa.
4-La jota en Calatayud
Las montañas de Aragón
se acercan a las estrellas
para llevar hasta el cielo
el sentir de nuestra tierra.
(J. Verón)
Calatayud, a orillas del río Jalón, es la cuarta ciudad más poblada de Aragón, tras sus tres capitales de provincia. Pero la cifra de sus habitantes, superior a veinte mil, no da idea de su impresionante actividad y su peso específico en la cultura aragonesa. Prolijo e innecesario es citar aquí los grandes personajes bilbilitanos y acontecimientos cuya historia se puede consultar en muy diversas fuentes, pero sí es oportuno destacar el gran entusiasmo y actividad de sus habitantes para hacer de su ciudad, "Muy noble, leal, siempre augusta y fidelísima", un foco permanente de cultura y afectos.
José Verón, digno sucesor en los siglos del ilustre bilbilitano Marcial, nació, vivió y murió en Calatayud, su ciudad, su casa y desde allí proyectó su actividad literaria y fotográfica, ampliamente reconocida a lo largo de su vida. Entre las numerosas distinciones, cabe destacar la Medalla de Oro de las Cortes de Aragón o el Premio de las Letras Aragonesas. Verón fue durante muchos años un símbolo vivo de Calatayud de la que también fue Cronista Oficial e Hijo Predilecto y siempre estuvo presto a la acogida y a la celebración (cuántas veces en el mundialmente famoso Mesón de la Dolores) de la amistad, disfrutando de manjar, bebida y palabra ante unas buenas viandas y un excelente vino de la denominación de origen Calatayud.
La jota llenaba en la vida y obra de José Verón un espacio muy especial, porque Calatayud es tierra de escritores que han cultivado la copla, desde Blas y Ubide, Sixto Celorrio, Joaquín Dicenta, Pedro Montón y otros muchos que harían interminable esta lista que culminó Verón. Es también tierra de cantadores representados hoy por el gran Nacho del Río, que con cinco Premios Extraordinarios en el Certamen Oficial de Jota continúa una carrera de triunfos honrando a esa tierra bilbilitana y siguiendo la estela de tantos que hicieron de Calatayud una de las cunas de la Jota aragonesa.
5- Las coplas de José Verón
Entran las primeras luces
dentro de tu habitación.
¡Ay, quién pudiera volverse
gozoso rayo de sol!
(J. Verón)
Muchos poetas famosos han dedicado a la copla alguno de sus trabajos aunque en algunos casos de manera esporádica. Cabe citar, entre muchos, a Rafael Alberti, Luis Cernuda, Gerardo Diego, Braulio Foz, Federico García Lorca, Ildefonso M. Gil, Jaime Gil de Biedma, Félix Grande, Ángel Guinda, Miguel Hernandez, Juan R. Jiménez, Pero M. Giménez de Urrea, Rubén Darío, Félix Lope de Vega, Antonio y Manuel Machado, Jorge Marique, José Martí, Ramón J. Sender...
Además hay una inmensa lista de autores, muchos de ellos anónimos, que en la actualidad cultivan la copla dentro de su poesía, igual que lo hacen con las estrofas como el soneto o la décima, no tan olvidadas como pueden pretender las generaciones de jóvenes poetas. José Verón, cuya obra de narrativa y poética se extiende a través de una vida cuyas circunstancias de salud fueron especialmente delicadas en muchas ocasiones, dejó una importante obra en arte menor, fundamentalmente en coplas, que él apreciaba de manera especial como aragonés amante de la jota y persona sensible.
La temática de las coplas de Verón es rica y variada en sus varios poemarios dedicados a ellas (7), pues escribe cuartetas que son bellos micropoemas de delicado lirismo y también coplas de temática aragonesa, su tierra, sus gentes sus fiestas, entreveradas con sutil ironía y sentido del humor aragonés tradicional, pero alejadas de ese baturrismo tópico y zafio, falsamente costumbrista, que tanto ha dañado la imagen de nuestro pueblo y que ya parece definitivamente alejado.
6- Conclusión.
Recuerdo que José Verón, en su precioso libro "Cantos de tierra y verso" (2002) libro de coplas y sonetos que tuve el honor de presentar y que dedicó al poeta Ildefonso Manuel Gil, afirmaba que "la poesía es magia", así como declaraba que "había que dignificar las coplas de la jota, muchas de ellas vacías y reiterativas".
Sus deseos siguen vigentes, como su obra y magisterio que, en lo referente a la Jota aragonesa concretamente a sus letras y a su interpretación, ha tenido una clara influencia renovadora. Aunque queda camino por recorrer, las cantas se van modernizando y adquiriendo carta de naturaleza con el impulso de los nuevos autores que la investigan e interpretan dándole merecida carta de cosmopolitismo y, como el querido y recordado José Verón Gormaz, contribuyen hoy con calidad poética y temática nueva a la necesaria renovación, apoyados en la tradición pero sin miedo al futuro.
Así sigue caminando firme nuestra querida JOTA, hoy candidata a ser reconocida por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Terminamos estas líneas con unas coplas donde, desde los rasgos de humor festivo propio de las rondaderas hasta el lirismo más sutil, el poeta José Verón nos dejó una obra imperecedera. Sirva la última de emocionada despedida del poeta.
Una mujer de mi barrio
siempre lleva la contraria:
oye menos que un pandero
y es más gorda que una tapia.
Quieres que nuestros amores
desde el olvido revivan
pero el amor que se muere...
ese nunca resucita.
En Calatayud nací,
tengo sangre de su historia,
y la oración de sus torres
sube al cielo con mi jota.
Con esta jota termino
porque la ronda se acaba,
y me despido cantando
porque me lo pide el alma
Miguel Ángel Yusta
Madrid-Zaragoza, junio de 2024
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1- J.L. Melero, prólogo a "Cantares y presagios, Huellas del camino, Cancionero del café" de J Verón.
2- Luis A. de Cuenca. 'Línea clara' de "La vida en llamas"
3- Juan D. Lasierra, La copla, género poético. Prólogo a M.A.Yusta. "La copla, poema y canto"
4- Javier Barreiro"La copla, emoción y poema". M.A Yusta. Epilogo.
(Ver también sus imprescindibles trabajos al respecto en su blog y sus numerosas publicaciones)
5- Susana Diez de la Cortina. Introducción a "La copla", ensayo M.A.Yusta.
6- Marta Vela. Jotas cosmopolitas de Aragón. (I.F.C.) y otras publicaciones.
7- Bibliografía al respecto de J.Verón:
Cantos de tierra y verso. 2002
Cancionero del cafe. Pequeños poemas para leer y cantar. 2014
Cantares y presagios (2020)
Una entrevista de Antón Castro para Heraldo de Aragón:
La recordamos como homenaje a ROSENDO TELLO, el gran poeta y amigo fallecido reientemente
El poeta Miguel Ángel Yusta publica De silencio y luz (Lastura, 2015).
Miguel Ángel Yusta publica un nuevo
poemario: De silencio y luz (Lastura), un libro en cuatro tiempos con
el amor como tema esencial. El poeta, especialista en ópera y en coplas
de jotas y colaborador asiduo de HERALDO, explica las claves del
volumen.
-De silencio y luz lleva una frase inquietante: Para que no puedan matarme de nuevo. ¿A qué se refiere? ¿Quién le ha matado, quién ha matado al poeta?
La
vida, sus avatares, nos mata en algunos sentidos muchas veces; lo que
pasa es que resucitamos, nos ponemos de pie de nuevo y reanudamos el
camino. La fuerza interior, los valores y el afán de sobrevivir nos
mueven a ello: revivir, reinventarse y caminar, siempre caminar. Al
poeta, por otra parte, pueden matarle muchas cosas que no le gustan de
nuestra sociedad; por ello la poesía ha de ser, también, contrapeso de
sensibilidad y belleza o, claro está, arma de lucha, crítica y
testimonio, para mejorar el mundo que nos rodea.
Joaquín
es un gran amigo y un maestro, pero por eso mismo y porque conozco su
manera de ser, sé que no es proclive en sus palabras al elogio ni a la
crítica gratuitos. Si esa es su opinión, a mí me llena de satisfacción
por venir de alguien que sabe, dada su cualidad de profesor y escritor,
de qué está hablando...
-Sánchez
Vallés explica el sentido del título: viene a decir que los amantes
hallan el placer o el gozo en silencio y que la luz es la consumación de
su amor. ¿Lo pensó así o querría matizar algo más?
Estoy
totalmente de acuerdo en esa apreciación. Es útil el silencio: lejos
del griterío y el bullicio se degustan más los placeres del amor. La luz
es símbolo de plenitud aunque a veces, para que llegue, ha de
transcurrir una larga noche. Pero siempre amanece y se hace la luz.
-¿Por qué se escribe tanto y tanto de amor?
El
amor es un tema eterno del hombre, una cuestión que ha de plantear y
resolver cada día, cada hora. Sin amor no es posible la vida. La poesía
lírica descubre los entresijos del alma, hace el mundo más habitable y
bello. El poeta dice: Mirad mi amor, que también es mi sufrimiento, mi
grito ante la injusticia o mi deseo de paz. El amor lo contiene todo.
Ya lo dijo el Fénix de los Ingenios: Quien lo probó, lo sabe.
-¿Quiere ser De silencio y luz un poemario de la plenitud?
Claro
que no; es un paso más en el camino que recorremos y donde en cada
momento podemos encontrar la necesidad de decir algo, de comunicarnos...
o de guardar prudente silencio.
-¿Estaría
de acuerdo que este es un libro feliz, un libro del cuerpo, de los
gestos habituales de la pasión: el beso, la caricia, el abrazo, el
coito?
En
el camino que recorre el poemario hay estancias felices, otras luminosas
o sombrías... Hay reflexión, melancólica evocación y, claro, con
lenguaje poético, referencias al lenguaje físico del amor, no al
genitalismo, que es bien distinto.
-¿Existe una estación más propicia del amor que otras? Lo digo porque todas andan por el libro con especial significado.
Aunque
suene a tópico, se dice siempre que, por estas latitudes, la primavera
es la estación idónea para el amor. No obstante, las estaciones son
imágenes y, depende del momento en que se escribe o que provoca un
poema, la imagen estacional es una u otra, lo que hace de ellas uno
más de los recursos expresivos del verso.
-¿Qué vínculo existe para usted entre el amor y la noche?
En
sentido poético, La noche está en íntima relación con el silencio, al
hilo del título. Por otra parte yo, particularmente, soy un noctámbulo.
Me gusta la noche, con su halo de silencio y misterio, para escribir,
para vivir, para beber y, claro, para amar y hacer el amor.
-¿Y entre la música y el amor?
La
poesía y la música están íntimamente relacionadas. El lenguaje poético
es música, ritmo y cadencia. En el amor también tiene una importancia
fundamental la música, cierta música. Nos acompaña, nos trae recuerdos y
vivencias y enriquece el lenguaje amoroso.
-¿Qué le debe la disposición del libro a una partitura, a una pieza musical?
La
mayoría de las obras musicales -óperas, sinfonías- tienen una estrecha
relación con historias de amor, ya se representen cantadas o se
describan musicalmente. He organizado el libro en cuatro tiempos, como
una sinfonía, con tres intermezzos donde se incluyen ligeros
micropoemas y que marcan, como los intermedios o pausas de acto en
música, pequeños paréntesis o intervalos para diferenciar los diversos
estadios de la obra.
-Dice: No me digas jamás que no me amas. ¿Se lo han dicho mucho?
El
final del amor es una real posibilidad y en cualquier caso es una
ruptura, bien porque se acaba el amor entrambos o porque uno de los
amantes decide que ya no ama. Lo ideal sería que jamás terminase el
amor, que jamás hubiera que decir ya no te amo, pero...
-¿En qué consiste sangrar desolación?
Es
una imagen poética. Creo que muestra de manera eficaz el desamparo, el
dolor e incluso la angustia de quien se siente abandonado por el amor.
-¿Cómo nacen sus imágenes?
Surgen
en el poema. Cuando se quiere expresar en lenguaje poético hay que
trabajarlo y hacerlo así, si no no habría poesía sino un lenguaje
prosaico muy válido, desde luego, pero alejado de la excelencia que ha
de perseguirse e intentarse en poesía, con imágenes, figuras, emoción,
ritmo, musicalidad... La poesía es, decía la recordada Ana María
Navales, la más difícil y laboriosa manera de escribir.
-¿Qué le pide a la poesía?
Que
me acompañe hasta el día final de mi camino, hasta la llegada, y que
pueda transmitir, con honestidad y trabajo, sensaciones que el lector
sienta como suyas. Que a veces levante la vista del libro y quede,
pensativo, mirando a lo lejos, saboreando el poema, meditándolo.
-¿Por qué ha elegido a Rosendo Tello para que presentase tu libro?
Rosendo
Tello es actualmente el patriarca de las letras aragonesas y reconocido
poeta y ensayista. No tiene hoy enfermedad alguna, sino las secuelas de
un accidente cerebral vascular que no le impiden seguir en plena
capacidad intelectual, aunque sí expresarse oralmente y escribir con sus
manos. Para ello tiene voces y manos familiares y amigas -un recuerdo
especial para su esposa Maribel, su voz- que sustituyen esas carencias.
Escribe, publica y, como tantas otras personas con alguna discapacidad
física, debe ser considerado en sus capacidades intelectuales (que le
definen y desarrolla con normalidad) e invitado a cuantos actos desee
participar. El que haya aceptado presentar mi libro es para mí un
orgullo y ese momento constituye, principalmente, un acto de amistad y
homenaje al amigo, al poeta y al maestro.
FICHA
De silencio y luz. Miguel Ángel Yusta. Prólogo de Joaquín Sánchez Vallés. Madrid, 2015. 78 páginas. [Esta tarde, a las 19.30, presentación en la FNAC en compañía de la editora Lidia López Miguel y el poeta y profesor Rosendo Tello Aína.]
El poeta, experto en jota y ópera, ordena cronológicamente sus mejores poemas en un libro, 'Summarium-25', que publica Huerga & FierrNOTICIA
Primera impresión: ¿qué ha pensado al ver, releer y repasar este ‘Summarium 25’, tan bellamente editado por Huerga & Fierro? ¿Qué diría que ha hecho Miguel Ángel Yusta en la lírica?
Hace unos años que los editores (Antonio Huerga y Charo Fierro) me propusieron este trabajo, pero la pandemia y mi proverbial pereza lo fue retrasando. Luego me percaté de que sería bueno seleccionar unos poemas de algunas de mis publicaciones preferidas de los 25 años últimos. Me puse a ello a principios del 2024 y ajusté el título: un sumario-resumen de 25 años, donde el lector puede tener una idea de mi trayectoria en este cuarto de siglo. El resultado es ese título que, además, rinde implícitamente homenaje a uno de los poetas aragoneses para mí más importantes, Miguel Labordeta, y a una de sus obras más emblemáticas: ‘Sumido 25’. He ordenado el libro de forma cronológica.
El primer poema del libro es ya un canto a la palabra. ¿Qué es la palabra para un poeta, cómo la define, la acota y la siente? Ángel Guinda decía que la palabra es un ser vivo.
La palabra, en poesía, según define acertadamente la RAE es la manifestación de la belleza o del sentimiento estético. Claro que la palabra es, también, un arma poderosa y un vehículo de expresión absoluto. La palabra, como decía nuestro querido Ángel Guinda, es un ser vivo, y por ello ama, odia, acaricia, hiere, reza o maldice...
Siempre le ha gustado lo clásico: desde un soneto a una copla o a una estrofa bien medida y rimada en asonante. ¿Cuál es su deuda con el clasicismo?
Creo firmemente que no se puede escribir buena poesía sin pasar por el necesario conocimiento de las reglas clásicas; la poesía es música, ritmo, y ello se adquiere con ese necesario aprendizaje. Por ejemplo, grandes pintores como Dalí o Picasso, por citar dos muy conocidos, trabajaron el dibujo y el clasicismo formal en sus primeras obras hasta que, adquirido ese conocimiento, derivaron y descubrieron sus propios y maravillosos estilos. No empezaron por la abstracción y el cubismo. En poesía, que es un arte, el verso libre es de los más difíciles de llevar a cabo correctamente si no se han manejado antes las formas canónicas. Muchas veces se empieza la casa por el tejado y pasa que no tenemos los resultados deseados...
Uno de los poemas claves es uno de 1979 dedicado a tu padre. ¿Cómo se escribe una elegía?
Como expresión de sentimientos, la poesía es un instrumento muy capaz, también, de expresar dolor de forma bella y serena como lo es la música y muy buenos ejemplos están en la mente de todos. La forma de poema enriquece esa expresión que, al mismo tiempo, es homenaje a quien se dedica, en este caso a un padre.
Hay un epígrafe extenso que se titula ‘Zaragoza mía’. ¿Cómo ha vivido la ciudad, cómo se ha ido sedimentado en su memoria y en su imaginación de poeta?
‘Zaragoza mía’ es un trabajo de hace muchos años, pero que se publicó a principio del milenio. Es un homenaje a la Zaragoza de mi niñez y juventud, con sus luces y sombras, placeres y sinsabores, pero con la suave nostalgia del recuerdo de una ciudad en la que nacimos crecimos, vivimos, amamos y sufrimos y de un tiempo que, a pesar de todo, era menos complicado que el presente...
Uno de los temas capitales, constantes, que más poemas le ha dictado es el amor. ¿Qué ha sido: hontanar de emoción y belleza, arsenal de dolor, melancolía incesante, sed de lujuria…? Lo digo porque de todo hay.
El amor, no lo voy a descubrir yo, es el motor del mundo y del hombre que lo habita. No es una autopista cómoda, sino un camino a veces oscuro, tortuoso, lleno de recodos y baches y otras veces luminoso y diáfano. Pero eso mismo lo engrandece. Se puede caminar cómodo y descuidado o se puede tener un inmenso placer o sufrir en cada paso. En cualquier caso es aconsejable ir bien equipado y con el calzado adecuado. Es la esencia de la vida y parangonando al gran Lope, quien ‘no’ lo probó, ‘no’ lo sabe...
¿Qué habría sido de usted sin el cine y París?
Mi época (viví treinta y cinco años de dictadura) tuvo una infancia y juventud peculiares y, sin duda, muy lejos del nivel europeo de la época en todos los sentidos (música, literatura, cine...).Yo tuve la fortuna de, por razones familiares, poder pasar muy largas temporadas en el París de los últimos años cincuenta y sesenta y aquello me despertó a la vida. Lo cuento en algunos de mis libros: la cultura abierta, las relaciones familiares y sociales, los libros, el cine tan pujante de la época… Todo lo que en España estaba vedado, era consumido con avidez por aquel chaval y adolescente aprendiz de la vida. Fue esencial y así consta.
¿Qué tiene París que no ha encontrado en ningún lugar o es que el poeta, ‘per se’, es un eterno fugitivo?
Soy un viajero empedernido porque creo que es la mejor escuela de vida. La edad me ha ido dejando ya en puerto, pero quedan recuerdos bellísimos que forman el acervo importante de mi existencia: conocimiento de otras culturas, gentes con diferentes mentalidades y formas de vida y el denominador común y fundamental de la curiosidad por saber. El poeta no es ‘per se’ un fugitivo sino que recrea mundos en su interior que pueden ser retazos de viajes, lecturas o experiencias vitales varias. Es cierto que tendemos a modificar la realidad, pero a eso se le llama 'creación' y es propio de los escritores, poetas y artistas que ficcionan o recrean su realidad y la transmiten en su obra.
¿Qué le ha marcado más: la ópera o la jota?
Son dos cosas distintas. Podríamos hablar durante horas de las dos; de cómo el corazón me saltaba de chico cuando mi padre me llevaba a la ronda, de cómo he escrito casi dos mil cantas, muchas publicadas en HERALDO, pero también de cómo no puedo evitar las lágrimas emocionadas ante la belleza absoluta de una obra maestra de Wagner, Verdi, Puccini o tantos grandes autores de diferentes épocas. Afortunadamente hasta ahora (y son casi sesenta años) he visto y escuchado cientos de óperas y los últimos veinte alrededor de cincuenta al año, incluyendo maravillosas zarzuelas, ese género nuestro, genuino y que muchas nuevas generaciones, aturdidas por el sistema, casi desconocen. Como tantas otras cosas... Repito que soy un afortunado porque la ópera es como una 'medicina' maravillosa, adictiva, que te transporta a estados fabulosos y cuando traspasas el escenario y conoces ese mundo en su plenitud y encuentras la vocación, el trabajo serio, abnegado y solvente, de sus protagonistas -que son muchos, además de los cantantes y músicos- disfrutas de un placer tan especial que no se puede comparar con casi nada.
¿Qué le han dado los haikus?
El haiku en nuestra cultura occidental es un experimento de estrofa breve con sabor exótico y como tal, tentación para algún poeta, aunque nunca comparable – en las versiones 'occidentales'- a la fuerza y belleza de las tradicionales estrofas nuestras, que son la base de la poesía tanto culta como popular, y constituyen un inmenso acervo que nos significa en el mundo. A mí me picó la curiosidad en su día y como resultado salió un libro 'Pavesas' de hace muchos años.
Cierre el libro, mire la contraportada y piense, piense un poco. ¿De qué se siente especialmente orgulloso?
Creo que no hay orgullo en mi creación poética sino satisfacción moderada con la que intento no agobiar personalmente ni en Redes Sociales. La escritura poética es, para mí, un ejercicio en soledad con el que busco plasmar sentimientos y sensaciones en lenguaje poético y que el lector las sienta como si le hablase al oído. Cada lector interpreta un poema distinto aunque lea el mismo y esa comunión, autor-lector es íntima y personal. Se dice que leemos para que nos quieran. Y es bien cierto.
Elíjanos dos coplas y dos haikus…
Primero es preciso explicar que la copla es una bellísima estrofa cultivada desde los albores de la literatura española, tanto por escritores famosos como por anónimos autores populares. No confundir con la ‘copla canción’, denominación aplicada a la canción española a partir de un espectáculo musical folclórico estrenado en los años veinte del pasado siglo, concretamente en el Teatro Pavón el 22 de enero de 1928 y que se tituló ‘La copla andaluza’, pasando la palabra ‘copla’ a denominar ambas composiciones, generando la natural confusión, perjudicial para ambas.
Háganos una pequeña historia del haiku.
El haiku es una estrofa japonesa que se ha adaptado al castellano formándose con tres versos de cinco, siete y cinco sílabas (caso que se da también en la coda de la seguidilla o bordón) con libertad de rima y reglas específicas, pero que nada tiene que ver en esencia con la cultura occidental. Curiosamente ha proliferado entre determinados sectores poéticos, aunque la fuerza poética y expresiva de la soleá, seguidilla y copla no tiene parangón y se tiende a volver a las formas tradicionales.
Gracias por la lección. Ha escrito mucho de todo ello en algunas monografías. Vayamos con su elección...
Dos coplas: “Para decir que me quieres / mírame antes a los ojos / verás cómo no hacen falta / palabras entre nosotros”. Y esta: “Te acercaste hasta mi vida / grabando tu nombre en ella, / ahora que ya te has marchado / tu nombre es herida abierta”. Las dos ‘pavesas’ que selecciono son: “Entre el ramaje / tibio estremecimiento / de viento y sol”. Y “Canto de pájaros / clausura de la tarde / cortina y vuelo”.
CURRICULUM
Sea cual fuere el tiempo de mi vida
el curriculum deberá ser breve
(Wislawa Szymborska)
Lo escribí hace unos años
y lo repito ahora, cumplidos los ochenta
para yo mismo recordar de nuevo
y continuar así mi biografía:
Como conté ya entonces
nací por la mañana
de un olvidado invierno de posguerra.
Dicen que hacía sol y que mi madre
(pasados los cuarenta y quinto hijo)
lloraba y sonreía al mismo tiempo
preocupada tal vez por mi futuro.
Pero ya veis, amigos,
estoy aquí después de tantos años
casi llegado a puerto.
He plantado los árboles precisos,
tenido hijos y nietos
y he escrito algunos libros
por si alguna vez alguien me recuerda.
Y aquí estoy, a la espera.
“Ligero de equipaje”
marcharé hacia la luz tenue del ocaso
-tranquilo y silencioso-
en la góndola llena de todos los recuerdos.
Surcaré los canales escondidos
de mi desconocido Canareggio
y llegaré sin miedo a la Laguna.
Efímera luciérnaga
navegaré en silencio por lo oscuro
y aguardaré tranquilo el resplandor
del profundo arañazo de la Dama.
Lejano de oropeles, voces, ruidos,
(Miguel Ángel Yusta. Autorretratos poéticos, Antología , Ed. Cuadernos del laberinto 2024)