Han pasado los días
y no regresan más tus primaveras.
Ya contemplas el mundo desde el fondo
de tus muros abiertos hacia el cielo.
Han pasado los días
y la desesperanza se sosiega.
La luz proporcionada del ocaso
se prende de alfileres en las ruinas
de una ciudad sin límites
donde resuenan tus discretos pasos
grises de niebla y de silencios largos.
Has dicho adiós y basta.
Y sin querer marcharte nos emplazas
en una claridad de tu morada
que compartimos cogidos de tu mano
de poeta infinito.
Mas no caminas solo:
te acompañan los libres pensamientos
donde penden las huellas de tu paso rebelde.
Contigo vamos muchos cantando tus poemas
y nunca sentiremos tus ausencias,
porque son ya tus versos nuestros versos
y nos señalan nítido el camino...
(C) Mayusta 2011