Son a veces los amores
como el viento del Moncayo:
arrancan rosas del alma
y enfrían tarde o temprano.
Ha comenzado noviembre, este mes castigado en el refranero popular ("Dichoso mes / que empieza en Todos los Santos / y acaba con San Andres") y que trae noches largas, frío y melancolía. También es el mes en que, sin falta, aparecía en los escenarios don Juan Tenorio, el famoso castigador recreado por Zorrilla y que, con el tiempo, se ha ido diluyendo en aras de Halloween, que se le adelanta imparable la víspera de Todos los Santos, a su vez anterior a la de Ánimas del día de Difuntos. Pero don Juan no ha muerto. Entre otros muchos, Tirso, y el gran Mozart, junto a Zorrilla lo mantienen en activo. Los versos del romántico vallisoletano siguen escuchándose aunque sea en el salón de una buena amiga y junto a una mesa llena de exquisitos dulces.
Estando lejos de España
quise entonar una copla
y al empezar a cantarla
se hizo grande y se hizo jota.
Nuestra jota aragonesa tiene una expansión universal y así lo certifican el gran número de Casas y Centros Aragoneses en España y también en Francia, Bélgica, Argentina, Chile Venezuela, México, Cuba y Brasil, que celebran con diferentes fiestas el hermanamiento con nuestra comunidad y, por ende, con la mayor muestra de nuestro rico folclore: la jota. En España funcionan actualmente cincuenta y un centros o casas en catorce autonomías, algunas con varios establecimientos, estando a la cabeza Cataluña, con veinticinco y el País Vasco con nueve. Fuera de nuestro país, destaca Argentina con seis establecimientos. Todos estos datos dan cuenta de la gran unión de nuestra querida tierra y nuestras gentes con tantas otras que sienten y aman Aragón.
Cuando se escribe una copla
en ella va el pensamiento
y en ella va el corazón
y todo el saber de un pueblo.
Mi buen amigo el poeta murciano afincado hace años en la localidad madrileña de San Sebastián de los Reyes -de donde es Hijo Adoptivo- Manuel López Azorín, ha producido y produce una extensa obra poética, prestando especial atención a nuestras estrofas tradicionales, También realiza una ingente labor cultural con actividades en diversos medios informativos y tertulias. Entre su veintena larga de poemarios queremos destacar "Romancero flamenco", libro de referencia en el que, a través del arte menor, realiza un exhaustivo tratado sobre nuestra poesía popular con versos de singular emoción. De su libro de próxima aparición "La casa de la rosa" publicamos esta copla que justifica el bautizo como micropoema de nuestra querida y popular estrofa.
Somos difíciles gentes
hábiles en discusiones
y a veces tan ignorantes
que no entramos en razones.
Este año, en domingo y como siempre San Andrés, termina este largo mes de noviembre y se descorre el telón del agitado diciembre. Ya vemos preparativos prenavideños que iluminarán calles y fachadas incitando sobre todo al consumo desmesurado sin pensar ni por un momento en la famosa "cuesta" que nos espera en enero, aunque ya hace algun tiempo que se prolonga más allá del primer mes del año. Fechas de encuentro, de bullicio y alegría que en muchos despierta la nostalgia de un tiempo y unos seres que se fueron para siempre. Pero es necesario mirar al frente, no volver la vista atrás ni girarla a los lados y caminar esperanzados hacia una época en que las palabras paz y amor, con las que nos van a bombardear, tengan al fin el máximo significado.
Heraldo de Aragón: 2, 9, 23, 30 nov. 2025
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