Mirar tus ojos y sentirme preso
notar el frío canto de su nieve,
la penetrante herida que su leve
mirar traduce en un fatal proceso.
Es empresa que agota hasta el exceso
pues que tu indiferencia nada mueve
de tu ser, que apenas se conmueve
ni se apercibe de mi amor sin seso.
Te cierras en un círculo de lazos
donde se queda mi alma prisionera
apenas redimida de su esencia.
Y habito en el recuerdo de tus brazos
añorando con pena la primera
vez que abiertos marcaron mi existencia.
(c) Miguel Ángel Yusta. Summa 25
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