Cuando tú lo desees,
y lo desee yo,
anudaremos lazos de placer
en esa tibia playa de tu vientre.
Cuando tú lo desees,
y lo desee yo,
meceremos los cuerpos
en la más dulce posibilidad.
Sacaré mis espadas
para ofrendarlas a tu piel abierta
y romperé los cuencos del placer
sobre la alfombra bella de tu sexo.
Cuando tú lo desees,
y lo desee yo,
pintaremos cristales derramados
sobre desnudas sábanas.
Cuando lo deseemos,
y lo sepamos ámbos,
buscaré en ti mi mar mientras me inundas
con las suaves espumas de tu anhelo....
(c) Mayusta 2012
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