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miércoles, 31 de julio de 2019

ANTÓN CASTRO. "Reflejos en un espejo roto". Cinco poemas

MIGUEL Á. YUSTA: 5 POEMAS DE 'REFEJOS EN UN ESPEJO ROTO'
Miguel Ángel Yusta, poeta, experto en copla de jota y apasionado de la ópera, acaba de publicar ‘Reflejos en un espejo roto’, en el sello Lastura, que presentará en Expoesía en Soria. Es su modo de celebrar a lo grande, con un libro reflexivo y experiencial, la alegría de sentir, el drama, en algunas ocasiones, de vivir pero también la necesidad de celebrar la palabra y cargarla de belleza, de emoción, de latidos de verdad.
Antón Castro 

 
  “El camino que trazan y recorren estos poemas, no pretende ser una autovía cómoda y luminosa, sino reflejar en su trayecto un difícil sendero lleno de dudas y trampas, con sus diversas fases o estaciones como si de un viaje del alma se tratara pero, aun a pesar del sufrimiento, con un final apacible y esperanzado –no cómodo– al que tenemos que atenernos, pues todo recorrido vital tiene una meta y no se llega a ella sin las heridas del tiempo, sin las marcas indelebles de la experiencia y la impronta del sentimiento más importante del ser humano: el amor”.
(De la Nota del autor)

Cinco poemas:

Paseo lentamente por el Lido
una tarde guardada en la memoria.
Las horas sosegadas
retrasan su camino hacia la noche.
Se apaciguan los pasos.
Revive el Adagietto de Mahler en el alma
fundido con la luz y aquella espuma
inatrapable y suave de las olas.
Es tanta la belleza que mis lágrimas,
al ocaso, se funden con el mar.
…......

Observaba tu imagen
a través del cristal
de la copa de gin semivacía.
Tu mirada era opaca,
-frialdad de metal,
laberinto sin fin-.
Perdido en el vacío,
sentí que ya jamás
reirían los ayeres.
Silencioso e implacable
se derramó en mi alma
el hielo que salía de tus ojos.
…......

Penetran en la sombra los faros de mi coche;
casi me vence el sueño.
Son horas de silencio y carretera.
Sobre mi soledad, el ruido del motor.
Y los recuerdos.
Los kilómetros pasan, raudos como los años
en que unimos felices las distancias
con equipajes llenos de ilusiones
desvanecidas hoy en las cunetas.
Conduzco con temor hacia lo incierto
y la noche se cierra tras de mí
como boca de lobo.
Qué sensación extraña, ni una luz;
solo mis faros, el desierto enfrente.
…...............

Acecho tras los álamos
la luna silenciosa,
los aturdidos vuelos de los pájaros,
los rayos que me hieren
de un sol que se deshace entre sus hojas,
las orillas del río que me llaman.
Camino por la sombra y por la luz
preguntando a la tierra y a los años.
No consigo encontrar en el paisaje
vestigios de tu nombre.
Y, sin embargo, tú lo llenas todo.
…................

En el amanecer no existen lágrimas;
el horizonte es limpio y luminoso.
Mi barco llega a puerto
y cantan en la orilla las muchachas desnudas.
Los tiempos de jazmines se convierten
en miradas y labios.
El tiempo de la espera
ha cubierto de luces
las apagadas horas del olvido.

Miguel Ángel Yusta.

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