Llegaste como luz de mis mañanas
que apaciguó palabras en mi mentey al tocar mis sentidos dulcemente
reviviste en mi ser horas lejanas.
Abriste una por una mis ventanas
y la sombra se fue rauda y silente,
¡qué hermoso fue sentir aquel torrente
que se llevó mis inquietudes vanas!
Preso estoy en tu límite del cielo
contemplando las horas luminosas
donde levanta tu ternura el vuelo.
Serán, a no dudar, horas hermosas
donde el amor soñado, con anhelo,
desborde mis orillas silenciosas.
("Teoría de luz")
2 comentarios:
Tus sonetos son incomparables. Eliges la palabra exacta, amigo. Una buena colección de ellos, cinco nada menos, en "Teoría de luz". Un abrazo.
Magistral danza de palabras.
Publicar un comentario