Trago silencios
como serpientes venenosas
y lucho por no tenerte.
O tal vez por tenerte demasiado.
Sublevas mis noches
con el olor de tu piel.
Me arrodillo en tu sexo,
me deshago en tu boca.
Esclavo del instinto
busco la explicación.
Y, al final,
decido suplicante
que quiero sólo
la flor de tu beso.
(c) Mayusta 2011
Foto: China Hamilton
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POEMA III
Extasiada vuelo sobre tu isala,
hasta posarme
en la espuma de tu playa,
mientras floto en un placer
incombustible...
(El edén de Eros)
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