Miguel Ángel Yusta
Soy, como dijo Sender,
un aragonés cabal
que come pan, bebe vino
y que dice la verdad.
(J. Verón)
1-Apuntes iniciales:
Escribir sobre una de las múltiples
facetas artísticas de José Verón es misión harto difícil, sobre
todo porque se abre un enorme abanico de posiblidades entreveradas
por el sentimiento profundo y duradero de amistad que durante muchos
años compartimos.
José, Pepe para sus amigos, era
polifacético: desde la narrativa a la poesía, desde la fotografía
-otra de sus grandes pasiones- a los largos paseos y conversaciones
hablando de lo divino y lo humano. Sus grandes aficiones eran, entre
otras, la lectura, el cultivo de la amistad, la visión y análisis
del cine clásico y, como anécdota, una gran colección de plumas
estilográficas, que gustaba de mimar y enseñar.
Estos breves rasgos nos definen a una
persona inteligente, generosa, amante de su tierra, de su entorno, de
sus amigos y de su trabajo literario y fotográfico. Y, como amante
de su tierra y aragonés de pro, siempre fue un gran aficionado a la
jota aragonesa, especialmente a las cantas, (que así se llaman las
letras de las jotas) que cultivó con acierto y esmero como poeta,
pues poesía es la copla si la escribe un poeta y la copla, cuarteta
utilizada en las cantas joteras, viene a ser un micropoema cuando la
escribe José Verón, que además se aleja del baturrismo al uso,
aunque no renuncie a tratar temas genuinamente aragoneses con
dignidad, elegancia y muchas veces un fino sentido del humor.
2-La copla.
Hasta las hierbas que pisas
al pasar por la rivera,
se arrodillan a tus pies
para que siempre me quieras
(J. Verón)
La poesía popular está arraigada
tanto en el pueblo como en los poetas cultos, como demuestra la
historia de nuestra literatura. En pocos casos los grandes poetas han
despreciado esta gran oportunidad de expresarse cercanos al pueblo y
en lenguaje alejado del hermetismo en que algunos se refugian (muchas
veces para circunscribir su poesía a una élite determinada)
amparados en fórmulas de ininteligibilidad. Pero si repasamos las
obras de nuestros grandes poetas de todas las épocas vemos que
precisamente en la claridad de su expresión radica muchas veces el
peso de la calidad y pervivencia de su obra poética.
José Luis Melero, (1)
escritor y bibliógrafo y buen conocedor de la poesía de Verón,
dice en su extenso prólogo a "Cantares y presagios"-obra
publicada en 2020 y que recoge una amplia antología de coplas y
estrofas de arte menor del poeta- que "Sólo quien sigue
libremente su camino al margen de pautas establecidas, sólo quien
entiende que no hay poesía con mayúsculas y minúsculas sino poesía
buena y mala, está capacitado para la decisión de trocar en algunos
de sus libros la lírica culta por la lírica popular".
En esta certeza -que compartimos
también en nuestro devenir poético- consideramos la obra de Verón,
en su apartado de poesía popular, como transcendente y meritoria.
También Luis Alberto de Cuenca (2)
en su conocido poema "Línea clara" aboga por un lenguaje
poético que comunique y entienda la gente, que hable no tanto de lo
abstruso y filosófico como del amor, la alegría, la amistad, la
decepción, la esperanza...y ahí también nos encontramos con la
estrofa popular, la que el pueblo comprende, comparte y difunde: la
copla. Porque la copla, afirma también el escritor y estudioso Juan
Domínguez Lasierra (3)
"se nos ofrece en toda su entidad temporal y creadora, capaz de
esencializar los sentimientos, emociones, vivencias más intensas con
apenas unos cuantos versos, con unas cuantas 'palabras verdaderas'
como exigía Machado a la poesía".
El profesor, investigador y estudioso
de la jota, Javier Barreiro, (4)
cuyos estudios sobre la copla y el foclore popular sientan las bases
fundamentales de la investigación moderna comenta que "La copla
podrá estar en el candelero o ser únicamente sostén del folclore
popular, pero nunca dejará de ocupar su lugar natural en la forma de
expresarse el pueblo" corroborando así el sentido culto y
popular de la copla como forma poética, siendo la jota aragonesa,
acompañada por la música (la tonada), una de las manifesaciones más
bellas en que puede ser expresada.
Y una estudiosa, la doctora Susana Diez
de la Cortina, (5)
filóloga y profesora, en un amplio estudio preliminar del ensayo "La
copla, poema y canto" nos afirma que "La copla es parte de
nuestra cultura, tanto la popular como la culta, desde sus orígenes
hasta nuestros días. Ha sido cultivada no sólo por el pueblo
anónimo sino por los autores cultos, algunos de los más brillantes,
por citar sólo unos pocos casos recientes, Antonio Machado, Rafael
Alberti o Federico García Lorca".
También la doctora, investigadora y
musicóloga Marta Vela (6)
ha recogido en varias recientes publicaciones una interesante
evolución de la Jota en su expansión cosmoplita que llevó música
y coplas a todo el mundo en el S. XIX de la mano de grandes
compositores, caminando paralelamente con su arraigo popular y
conviviendo consecuentemente la muy diversa procedencia cultural.
He aquí pues una pequeña muestra de
autores, investigadores y estudiosos de absoluta solvencia que
justifican esa dualidad original de la copla, con su raíz popular
expresada durante siglos y la vertiente culta a través de la
dedicación a ella de poetas consagrados que, en toda época, han
dedicado su atención a esta bella forma estrófica y que ha seguido
en nuestros días con autores contemporáneos, como es el caso de
Jose Verón.
3-La canta o copla de jota
Aunque sabido, no está de más
recordar que nuestra jota aragonesa, de enorme riqueza en sus formas
de canto y baile, se nutre para sus letras de la cuarteta, copla de
cuatro versos octosílabos que riman en asonante los pares, quedando
libres los impares (8-8a-8-8a) si bien en ocasiones se admite la rima
consonante pues sobre todo los cantadores, muchas veces autores de
sus coplas, se toman en algunas circunstancias esta libertad en
función de la oportunidad y redondez de su canto.
Para la expresión de la copla con la
música de la jota, la cuarteta se desdobla en siete versos, de forma
que se comienza con el segundo, se sigue con los cuatro versos
consecutivos y se termina repitiendo el cuarto y enlazándolo con el
primero (2-1-2-3-4-4-1) de manera que la clave de una buena copla es
que, al cantarla, ese cuarto verso se enlace con el primero de forma
coherente, teniedo un sentido lógico y no quedando "descolgado".
Ponemos como ejemplo una de las coplas
de Verón:
Un día de primavera,
al monte fui de mañana.
Los recuerdos se dormían.
Los campos se despertaban.
Que, cantada, mantiene su sentido
poético y coherencia:
Al monte fui e mañana
un día de primavera
al monte fui de mañana
Los recuerdos se dormían,
los campos se despertaban.
Los campos se despertaban
un día de primavera.
De ahí que sea tan
importante como difícil lograr esa bella armonía que ha de tener la
copla como canta de jota aragonesa.
4-La jota en Calatayud
Las montañas de Aragón
se acercan a las
estrellas
para llevar hasta el cielo
el sentir de nuestra
tierra.
(J. Verón)
Calatayud, a orillas del río Jalón,
es la cuarta ciudad más poblada de Aragón, tras sus tres capitales
de provincia. Pero la cifra de sus habitantes, superior a veinte mil,
no da idea de su impresionante actividad y su peso específico en la
cultura aragonesa. Prolijo e innecesario es citar aquí los grandes
personajes bilbilitanos y acontecimientos cuya historia se puede
consultar en muy diversas fuentes, pero sí es oportuno destacar el
gran entusiasmo y actividad de sus habitantes para hacer de su
ciudad, "Muy noble, leal, siempre augusta y fidelísima",
un foco permanente de cultura y afectos.
José Verón, digno sucesor en los
siglos del ilustre bilbilitano Marcial, nació, vivió y murió en
Calatayud, su ciudad, su casa y desde allí proyectó su actividad
literaria y fotográfica, ampliamente reconocida a lo largo de su
vida. Entre las numerosas distinciones, cabe destacar la Medalla de
Oro de las Cortes de Aragón o el Premio de las Letras Aragonesas.
Verón fue durante muchos años un símbolo vivo de Calatayud de la
que también fue Cronista Oficial e Hijo Predilecto y siempre estuvo
presto a la acogida y a la celebración (cuántas veces en el
mundialmente famoso Mesón de la Dolores) de la amistad, disfrutando
de manjar, bebida y palabra ante unas buenas viandas y un excelente
vino de la denominación de origen Calatayud.
La jota llenaba en la vida y obra de
José Verón un espacio muy especial, porque Calatayud es tierra de
escritores que han cultivado la copla, desde Blas y Ubide, Sixto
Celorrio, Joaquín Dicenta, Pedro Montón y otros muchos que harían
interminable esta lista que culminó Verón. Es también tierra de
cantadores representados hoy por el gran Nacho del Río, que con
cinco Premios Extraordinarios en el Certamen Oficial de Jota continúa
una carrera de triunfos honrando a esa tierra bilbilitana y siguiendo
la estela de tantos que hicieron de Calatayud una de las cunas de la
Jota aragonesa.
5- Las coplas de José Verón
Entran las primeras luces
dentro de tu habitación.
¡Ay, quién pudiera
volverse
gozoso rayo de sol!
(J. Verón)
Muchos poetas famosos han dedicado a la
copla alguno de sus trabajos aunque en algunos casos de manera
esporádica. Cabe citar, entre muchos, a Rafael Alberti, Luis
Cernuda, Gerardo Diego, Braulio Foz, Federico García Lorca,
Ildefonso M. Gil, Jaime Gil de Biedma, Félix Grande, Ángel Guinda,
Miguel Hernandez, Juan R. Jiménez, Pero M. Giménez de Urrea, Rubén
Darío, Félix Lope de Vega, Antonio y Manuel Machado, Jorge
Marique, José Martí, Ramón J. Sender...
Además hay una inmensa lista de
autores, muchos de ellos anónimos, que en la actualidad cultivan la
copla dentro de su poesía, igual que lo hacen con las estrofas como
el soneto o la décima, no tan olvidadas como pueden pretender las
generaciones de jóvenes poetas. José Verón, cuya obra de narrativa
y poética se extiende a través de una vida cuyas circunstancias de
salud fueron especialmente delicadas en muchas ocasiones, dejó una
importante obra en arte menor, fundamentalmente en coplas, que él
apreciaba de manera especial como aragonés amante de la jota y
persona sensible.
La temática de las coplas de Verón
es rica y variada en sus varios poemarios dedicados a ellas (7),
pues escribe cuartetas que son bellos micropoemas de delicado lirismo
y también coplas de temática aragonesa, su tierra, sus gentes sus
fiestas, entreveradas con sutil ironía y sentido del humor aragonés
tradicional, pero alejadas de ese baturrismo tópico y zafio,
falsamente costumbrista, que tanto ha dañado la imagen de nuestro
pueblo y que ya parece definitivamente alejado.
6- Conclusión.
Recuerdo que José Verón, en su
precioso libro "Cantos de tierra y verso" (2002) libro de
coplas y sonetos que tuve el honor de presentar y que dedicó al
poeta Ildefonso Manuel Gil, afirmaba que "la poesía es magia",
así como declaraba que "había que dignificar las coplas de la
jota, muchas de ellas vacías y reiterativas".
Sus deseos siguen vigentes, como su
obra y magisterio que, en lo referente a la Jota aragonesa
concretamente a sus letras y a su interpretación, ha tenido una
clara influencia renovadora. Aunque queda camino por recorrer, las
cantas se van modernizando y adquiriendo carta de naturaleza con el
impulso de los nuevos autores que la investigan e interpretan dándole
merecida carta de cosmopolitismo y, como el querido y recordado José
Verón Gormaz, contribuyen hoy con calidad poética y temática nueva
a la necesaria renovación, apoyados en la tradición pero sin miedo
al futuro.
Así sigue caminando firme nuestra
querida JOTA, hoy candidata a ser reconocida por la UNESCO como
Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Terminamos estas líneas con unas
coplas donde, desde los rasgos de humor festivo propio de las
rondaderas hasta el lirismo más sutil, el poeta José Verón nos
dejó una obra imperecedera. Sirva la última de emocionada despedida
del poeta.
Una mujer de mi barrio
siempre lleva la contraria:
oye menos que un pandero
y es más gorda que una tapia.
Quieres que nuestros amores
desde el olvido revivan
pero el amor que se
muere...
ese nunca resucita.
En Calatayud nací,
tengo sangre de su historia,
y la oración de sus torres
sube al cielo con mi jota.
Con esta jota termino
porque la ronda se
acaba,
y me despido cantando
porque me lo pide el
alma
Miguel
Ángel Yusta
Madrid-Zaragoza,
junio de 2024
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1-
J.L. Melero, prólogo a "Cantares y presagios, Huellas del
camino, Cancionero del café" de J Verón.
2-
Luis A. de Cuenca. 'Línea clara' de "La vida en llamas"
3-
Juan D. Lasierra, La copla, género poético. Prólogo a M.A.Yusta.
"La copla, poema y canto"
4-
Javier Barreiro"La copla, emoción y poema". M.A Yusta.
Epilogo.
(Ver
también sus imprescindibles trabajos al respecto en su blog y sus
numerosas publicaciones)
5-
Susana Diez de la Cortina. Introducción a "La copla",
ensayo M.A.Yusta.
6-
Marta Vela. Jotas cosmopolitas de Aragón. (I.F.C.) y otras
publicaciones.
7-
Bibliografía al respecto de J.Verón:
Cantos
de tierra y verso. 2002
Cancionero
del cafe. Pequeños poemas para leer y cantar. 2014
Cantares
y presagios (2020)