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jueves, 15 de abril de 2021

Un poema que me dedica MANUEL LÓPEZ AZORÍN

 


 
 
EL SILENCIO NOS HABLA SIN PALABRAS
Para Miguel Ángel Yusta
 
De vez en cuando hablamos,
tú desde Zaragoza yo en Madrid,
mejor dicho en el “Sanse” donde vivo.
Donde un día de mayo
viniste a recitar algunos versos míos,
junto a amigos poetas para celebrar
mi adopción por un pueblo que es ciudad,
ciudad con vocación de poesía.
Te llamo o tú me llamas,
contamos lo preciso y nos quedamos
tranquilos y en silencio.
El silencio nos habla sin palabras.
Él, habla por nosotros.
Sabes que el hombre es dueño
de todo cuanto dice,
mas, cuantas más palabras se pronuncien
más cadenas se forjan.
(La Historia está repleta
de palabras confusas
que han destruido al hombre
y han cerrado fronteras.)
Tú eres un caballero silencioso
que ha aprendido a escuchar,
que escribe en el silencio de la noche
poemas de amor blancos que son sombra
de un ayer sucedido,
tiempos que rememoras de alegría
aunque lluevan tristeza en ocasiones.
Hay sonidos que sólo se perciben
cuando suena el silencio.
(El silencio del acto
sin palabras al aire que se pierdan,
como en papel mojado,
deja abiertas fronteras, rompe rejas,
cadenas elimina.)
Te abrazas a la música
y en el silencio vives y bebes comedido,
y siempre caballero,
la vida realidad, la vida poesía,
la culta y popular
pues las dos te dan vida.
Oye ahora este leve murmullo
de estremecida música,
de verdadera música,
de sonoro silencio que acompaña.
(La palabra precisa
abre caminos, deja que las sendas
abracen esa música del alma
donde el silencio es llave
de todos los sonidos, los saludos,
las buenas intenciones.)
Y si escribes formal, en blanco con medida
o con más libertad…
en tus versos caminan
el ritmo y la verdad
de todo tu sentir, en silencio, sin más.
Un sonido de amor, dulce, callado
como la gran verdad que se respira
alrededor de un mundo
que ensordece con gritos.
(La palabra es silencio,
pues el grito confunde,
asusta el alarido
y la voz susurrante
que promete y no cumple su palabra.)
Y si escribes en coplas,
esas que son del pueblo,
el silencio te abraza
y las eleva al cielo.
El hombre, a veces, quiere
sólo ser escuchado, más que nada,
por todos, sobre todos,
con palabras que buscan los afectos,
y no crean desorden , confusión,
que abrazan los caminos del silencio.
(El hombre quiere hablar,
imponer su opinión en la palabra,
sentirse eje del mundo,
tener supremacía: en el lenguaje…
o en el poder, la fuerza de las armas…
que es lenguaje de muerte o sumisión.)
Tu lenguaje es de vida,
de cantar lo perdido en un tiempo de sombra,
de abrazar lo vivido en espejos y otoños.
Tú y yo hablamos lo justo pero nos conocemos.
Sabemos que el silencio nos abraza,
no digamos palabras
que son innecesarias, solo saber de ti, saber de mi,
sentir cerca al amigo en la distancia
por culpa de este virus malicioso.
 
 Manuel López Azorín
Octubre 2020

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